El “Ocio Nocturno” se ha convertido en el gran caballo de batalla en la lucha contra las molestias nocturnas producidas por ruido. Equilibrar el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado con el libre ejercicio de las actividades económicas y la necesaria oferta de esparcimiento no se me antoja una labor sencilla.
Cuando se aborda este asunto, siempre hay quien tiende a pensar en grandes macrodiscotecas o en jolgorio y borracheras. Pero tenemos un sector muy interesante e importante que languidece y creo que sería bueno recuperar.
El ocio nocturno no debe necesaria y únicamente estar asociado a alcohol y problemas, a mafia y a cosas oscuras, como algunos han pretendido vincular. Hay profesionales muy cualificados que enriquecen nuestras ciudades. Que producen movimiento y actividad económica, crean puestos de trabajo y contribuyen a desarrollar en su entorno a otro tipo de profesionales: grupos musicales, monólogos, magia, etc.
Los fines de semana son siempre bien recibidos. Dejamos a un lado las tareas escolares y disponemos de más tiempo para descansar, practicar nuestras aficiones y compartir buenos momentos con los amigos y la familia.
Pero, realmente, ¿Qué es esto del Ocio Nocturno? Todos podríamos responder que es disfrutar de nuestro tiempo libre durante la noche. Sin embargo, parece que el Ocio Nocturno va ligado a botellón, gente joven, locales nocturnos, marcha, movida, espacios abiertos, música a todo volumen, ruido, abuso de sustancias tóxicas...
Las medidas para solucionar este problema son complejas, pues aunque se realice un estricto control de los locales, a través de las licencias de actividad y se lleven a cabo medidas de control permanente, los niveles de ruido en el exterior producidos por las aglomeraciones de gente tienen difícil solución.
Creo que en Ubeda se debe reflexionar sobre este tema, puesto que es una oferta de ocio y tiempo libre más para quien nos visita y para los que aquí vivimos. Si lo trabajamos bien y compatibilizamos el ocio y el descanso, puede ser bueno para la ciudad y para nuestros planes y propósitos de convertirnos en una urbe de referencia, potente y dinámica.
Ubeda debe valorar como atractivo y como activo el “ambiente de la ciudad”. Al final es lo que le queda a un turista. No sólo los monumentos o museos que haya visitado. “Si luego es una ciudad muerta la gente no quiere volver”.
En definitiva, existe una falta de equipamientos y alternativas de “Ocio Nocturno” en nuestra ciudad. La Administración tampoco ayuda al respecto y lejos de plantear soluciones se empeña en crear conflictos. ¿Podríamos conseguir un tipo de ocio, que aunque sea nocturno sea saludable, productivo y participativo?
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